domingo, 18 de diciembre de 2011

Fuego en el cielo


Si tienes un minuto para mirar por la ventana, puedes encontrarte regalos como éste.


(El mérito es del cielo; yo solo hice "clic")

miércoles, 7 de diciembre de 2011

sábado, 26 de noviembre de 2011

Las pequeñas cosas

A veces son las que más se echan de menos. 
Por eso me gustaría llenar mi vida de ellas.



Para E.
Gracias por regalarme canciones de colores
:) 

sábado, 12 de noviembre de 2011

Estadea

Sé que no me queda mucho tiempo. Me encuentro cada vez más cansado y mi rostro es casi el de un cadáver. Tengo el frío calado hasta el tuétano, aunque mantienen la habitación excesivamente caldeada. Mi cuerpo está consumido, reducido a un saco de piel y huesos, y hasta levantar los párpados me supone un proceso demasiado trabajoso. Los médicos no aciertan con el diagnóstico y me reiría en sus doctas caras si aún me quedasen humor y fuerzas, porque nunca darán con el origen del mal que me aqueja. De todas formas ya es demasiado tarde.

Ahora  soy consciente de la verdadera magnitud del estigma que pesa sobre mí por culpa de un cura que me ungió con los santos óleos de la extremaunción el día de mi bautizo. ¡Maldito! ¡Maldito sea una y mil veces! Confesó el error a mi madre después de la ceremonia y ella guardó el secreto celosamente hasta hace pocos días, confiando en que las viejas leyendas hubiesen muerto con los nuevos tiempos. Pero al verme en mi actual estado, y a raíz de mi empeoramiento, me lo reveló entre lágrimas. Solo ella ha sido capaz de creer mis aparentes desvaríos, porque sus raíces están hundidas profundamente en esta tierra.

Hace un mes me habría reído. Siempre fui una persona racional, poco dada a imaginaciones y a cuentos de viejas. Ahora maldita la gracia que me hace. Ahora sé dónde voy cada noche mientras mi cuerpo se sume en una angustiosa duermevela. Lo atisbo entre sueños, mientras mi espíritu vaga por los caminos presidiendo la fantasmagórica comitiva.


***

Yo era un hombre relativamente feliz. Procedo de una familia de clase media-alta y nunca tuve que preocuparme por nada más allá de terminar mi carrera de Bibliotecario. Y la fortuna pareció sonreírme una vez más cuando conseguí la plaza en la Biblioteca Municipal del pequeño pueblo donde nací. Nunca me han gustado las grandes ciudades. Me asfixian los monstruosos edificios y el asfalto me lastra como si quisiese absorberme y fundirme con él. Añoraba los bosques que rodean mi pequeño pueblo, y el cruceiro justo en la intersección de las dos calles principales, donde me sentaba de pequeño en las noches de verano a contar cuentos de miedo con mis amigos.

Ojalá hubiese podido llegar a él cuando les vi, pero me salieron al encuentro cuando bordeaba la tapia del antiguo cementerio después de un paseo que se alargó demasiado.

Iba a un ritmo tranquilo, disfrutando de la luz del crepúsculo y de la aparición de las estrellas que poco a poco llenarían el cielo. La luna asomaba majestuosa inundando de luz el sendero, y el aire no era demasiado frío a pesar de estar bastante avanzado el otoño. Era uno de esos momentos perfectos que te regala la vida, y no estaba dispuesto a dejar de apreciarlo en toda su grandeza. Me paré en la linde del camino y me dispuse a llenar todos mis sentidos de aquella maravilla. Y entonces, mientras permanecía con los ojos cerrados, un silencio opresivo se abatió sobre mí.

Estuve así unos segundos, resistiéndome a desgajarme de mi momentáneo éxtasis. Traté de concentrarme para escuchar los sonidos del bosque cercano. La brisa susurrando entre las hojas de los árboles, los grillos, la lechuza que ululaba hasta hace un instante…Y de pronto se hizo el silencio. Me extrañé y agucé el oído, pero era incapaz de oír nada aparte de mi respiración. Era como si me hubiesen encerrado en el más absoluto vacío, pues la brisa también se paró y quedó todo sumido en una inquietante calma.

Desconcertado, abrí los ojos y miré a mi alrededor. Sentí como un tirón hacia fuera desde el centro de mi pecho, como si me arrancasen el corazón de cuajo, y en ese momento perdí el control de mi cuerpo. Me quedé allí, petrificado, con una sensación de angustia que aumentó cuando empecé a percibir en el límite de lo audible el toque a difuntos de una campana cuyo sonido no reconocía. No era la de la iglesia, ni la de la ermita del cementerio ahora medio en ruinas. Venía de lejos y de todas partes a la vez, y cada tañido era una oleada de profunda soledad que me inundaba hasta ahogarme la voluntad.

Por primera vez en mi vida supe lo que era el miedo. Noté que se me erizaba el vello y al mismo tiempo noté algo inusual en mi frente: una gran quemazón que adiviné en forma de cruz. Desde ese punto incandescente empezó a gotearme lo que al principio identifiqué como sudor, pero al ir resbalando por mi piel me di cuenta de que era algo más denso, más parecido al aceite.

Ahora sé qué era.

Mi madre, mi pobre madre… ¿Cuánto habrá sufrido durante todos estos años?

Un perro aulló a lo lejos. Después escuché los pasos. Los oía aproximarse sendero abajo al tiempo que se levantaba un aire húmedo, azotándome el rostro e inundándome las fosas nasales con un nauseabundo olor a cripta y a cera de vela. Mi terror aumentó cuando me di cuenta de que las copas de unos árboles cercanos estaban totalmente inmóviles, a pesar de que mi cabello y mi abrigo revoloteaban a causa de aquel viento ominoso.

De repente se hizo la calma y les vi avanzando por el sendero.

Eran seis, dispuestos en dos filas. Cada uno llevaba un cirio encendido. Un séptimo presidía la procesión sujetando una cruz en su mano derecha y un caldero en su mano izquierda. Siete figuras envueltas en sudarios blancos, atraídas por mí como por un faro que rompe la niebla. Imparables en su lento y cadencioso avance, conocedoras de mi absoluta indefensión. La indefensión del que “ve” y no sabe protegerse. Cuando llegaron frente a mí se detuvieron.

El séptimo me tendió la cruz…

… y la cogí.

***

Los vecinos me encontraron al día siguiente, tendido en medio del camino e inconsciente. He pasado por multitud de pruebas y análisis médicos. Yo les dejo hacer, a mi familia parece tranquilizarle el hecho de que me pinchen cada dos por tres. Casi me divierte el desconcierto de los doctores. Pero, como dije antes, apenas tengo fuerzas ya para esbozar una sonrisa.

Mi madre es la única que sabe de mi destino cuando cierre los ojos del cuerpo por última vez.  Creo adivinar sus intenciones, porque últimamente se está dedicando a atar cabos sueltos. Sería inútil pedirle que renuncie porque yo haría lo mismo por ella.

Dentro de un par de horas, cuando se ponga el sol, me dará el último beso después de haber despedido a todo el cortejo de buitres que anda por aquí. Pero no será la última vez que nos veamos.

La última vez será mañana por la noche, al lado del viejo cementerio.

martes, 1 de noviembre de 2011

La Paciencia y la Curiosidad

"La Paciencia nunca quiere que la Curiosidad entre en casa, porque la Curiosidad es una invitada horrible. Utiliza todo lo tuyo, pero no tiene cuidado con lo más frágil o irremplazable. Si te destroza, se encoge de hombros y sigue adelante. La Curiosidad trae a menudo y sin preguntar algunos amigos sospechosos: la Duda, los Celos, la Codicia. Juntos se apoderan de todo, cambian de sitio los muebles en todas tus habitaciones para estar cómodos. Hablan lenguas extrañas, pero ni siquiera intentan traducírtelas. Cocinan comidas raras en tu corazón que dejan sabores y olores extraños. Cuando por fin se van, ¿te sientes feliz o desdichado? A la Paciencia siempre le toca barrer la casa después."

Comienzo del libro "Manzanas blancas", de Jonathan Carroll

viernes, 21 de octubre de 2011

Por fin, en marcha de nuevo

Que vayas a avisar en tu trabajo de que te incorporas el lunes después de una baja y te reciban a grito de “¡¡ESTAMOS SALVADOOOOOOOOOOS!!” es bastante estimulante, y le quita importancia a que tu sustituto haya tardado solo 15 días en dejarte el sitio hecho una pocilga y encima se haya llevado tus llaves.

Es curioso, algunos me miran raro cuando les digo que estoy deseando volver al trabajo y ya casi me corto al decirlo. “Se te acaba el chollo” y “se acabaron las vacaciones pagadas” son frasecitas que normalmente suelen ir acompañadas de un guiño cómplice. Ya hasta me da por pensar que dan por hecho que le estoy echando cuento al asunto, y eso es algo que me repatea. ¿Por qué se tiene tan asumido que es así? ¿Por qué se ve como algo “normal” y encima se celebra? ¿Por qué seguimos alabando al pícaro y tratando de tonto al que se porta honradamente?

Así nos va.

lunes, 10 de octubre de 2011

Adiós, Rince

Aún no me lo creo. Anoche se le fue un poco de papilla al pulmón. Esta mañana el veterinario dijo que sería cuestión de suerte si sobrevivía... y no la tuvo. Dice que es algo bastante común, pero a mí no me consuela. De hecho no sé cómo un bichito tan pequeño puede dejar un vacío tan grande. 

Te faltó la experiencia de tu tocayo, mi pequeño amigo. Pícale en las orejas a Binky de mi parte.

domingo, 2 de octubre de 2011

sábado, 10 de septiembre de 2011

Septiembre: todo patas arriba

De buenas a primeras me cambian de lugar de trabajo. "Absurdidades" de los listos de turno. Los cambios no tienen por qué ser malos aunque supongan dejar atrás la comodidad de la rutina y la compañía diaria de quienes más que compañeros son amigos (algunos).  No voy a quejarme; tal y como están las cosas soy afortunada. Eso sí, les echo muchísimo de menos.

Lo que sí me está alegrando la vida desde el miércoles pasado es un limón plumífero con cresta del que me enamoré a primera vista. No me dijeron la edad que tiene, pero investigando por ahí calculo que tendrá un mes aproximadamente. Todavía hay que darle papilla con una jeringuilla, lo que me ha supuesto levantarme hoy SÁBADO a las 7:45h de la mañana para enchufarle el desayuno. Y lo más curioso es que lo hago encantada. ¿Quién puede resistirse a esta cara de satisfacción?



En fin, que ya tengo nuevo compañero de piso y presiento que me va a dar muuuuuuuucha guerra. 

Y yo encantada ^^

miércoles, 31 de agosto de 2011

Un motivo

Para sonreír, para seguir adelante, para volver a levantarme. Siempre me das un motivo que no puedo rebatir. Y encima vas y me regalas esto… 

¿Sabes qué? Algun día te las pienso devolver todas juntas… y vas a flipar. ¡Que lo sepas!

Gracias de nuevo, E.



Tal vez, lo que te hace grande ..
no entienda de cómo y por qué.
Tal vez, lo insignificante ..
se ha visto en un barco de nuez.

Tal vez, lo que te hace grande ..
no sea difícil de ver.
Tal vez, cada guiño esconda ..
la llave que intentas tener.

Ya ves, se nos queda grande ..
y hay riesgo de alarma otra vez.
Tal vez, cuando todo amaine ..
la suerte nos vuelva a vencer.

Y en el vaivén de planes sin marcar ..
cae sobre ti la bomba universal;
no hay colisión, ni ley, ni gravedad
que te pueda hacer caer .. aunque tiren a dar.

Tal vez, las paredes ladren ..
y el techo empiece a correr,
dirán que cayó el gigante
y un charco se ha abierto a tus pies.

Tal vez, lo que te hace grande ..
no entienda de cómo y por qué.
Tal vez, lo que me hace grande ..
es tenerte delante otra vez.

Y en el vaivén de planes sin marcar ..
cae sobre ti la bomba universal;
pero no hay colisión, ni ley, ni gravedad
que te pueda hacer caer .. aunque tiren a dar.

Suena un tambor, retumba en el umbral ..
viene hacia aquí, me atrae como un imán.

No sé lo qué te hace grande,
no entiendo de cómo y por qué.

Suena un tambor, retumba en el umbral ..
viene hacia aquí, me atrae como un imán.
Pero no hay ecuación ni formula genial
que te ayude a comprender .. lo que asoma detrás.

domingo, 21 de agosto de 2011

Bambalinas


Me hago un ovillo y me acurruco en el rincón más apartado y oscuro que puedo encontrar. No tengo problemas en hallar uno, mi interior está lleno de ellos. Me aíslo de todo y procuro dormir aunque el sueño apenas llegue a rozarme los párpados.

Ballesta, con su habitual delicadeza, ha conseguido tirar la puerta abajo y se entretiene en darme patadas en los riñones a ver si reacciono. Como no me defiendo opta por el diálogo. O más bien por el monólogo, pero le da igual.  Me tapo los oídos y veo cómo se contiene al ver mis flancos al descubierto. Sabe que me gustaría seguir recibiendo palos hasta la inconsciencia. También sabe que no puedo evitar oírla aunque me reviente los tímpanos.


 Mi querida Violeta –me dice-: tú sabes que lo mío no es entender a los seres humanos y eso en parte es culpa tuya, porque a pesar de ser uno de ellos tú tampoco los entiendes muchas veces.


“Sé que te cuesta mucho asimilar que alguien pueda construir su vida solo de puertas para afuera, como si fuese un decorado donde todo es perfecto…hasta que te das cuenta de que al dar un portazo se mueve toda la pared. A la gente se le da muy bien eso de hacerse la loca, tanto si representan un papel en la obra como si son meros espectadores. Los actores saludan y sonríen; el público aplaude y ovaciona. Y a ti, trastorná de la vida, te ha tocado hacer de tramoyista. Y desde tu lugar entre bambalinas sabes que todo es una gran mentira, pero si quieres conservar tu puesto debes saludar, y sonreír, y aplaudir y ovacionar cuando corresponda. Aunque todo eso te defraude y te haga perder el respeto a quien pretende engañarse a sí mismo y a todos los que le rodean con tal de que la representación se mantenga en cartel.


Me doy la vuelta para hacerle saber que no quiero seguir escuchando. No sé si debo sentirme culpable o víctima. Lo único que sé es que quiero fundirme con las sombras de la pared y dormir. Ballesta arremete de nuevo.


- Has jugado mal y aún no sabemos a cuánto ascienden las pérdidas. De momento no hay más que verte, angustiada y preguntándote si habrá quedado títere con cabeza.  Y lo que es peor, cargando con tu culpa y con la de los demás. Como si no hubieses estado años procurando que nadie saliese mal parado a pesar de que eras tú la que menos tenía que perder y la que siempre perdías. Protegiendo la farsa y viendo día a día lo diferentes que podrían haber sido las cosas si el que realmente ha tenido la culpa de todo esto hubiese tenido dos cojones para ser fiel a sí mismo.


“Al menos tú me tienes a mí (te tienes a ti), y si hay algo que en este momento me gusta de ese montón de escombros en el que te has convertido es que lo que más te duele de todo es tu propio orgullo. Porque si te duele es señal de que al menos no ha desaparecido y poco a poco hará que te fijes en detalles como éste: quien ayer te suplicaba que no le abandonases, hoy no se ha preocupado por saber si estás viva o muerta.


“Sinceramente, Violeta. Espero de todo corazón que el espectáculo continúe. Se lo merecen. De momento tú quédate conmigo. Deja que el tiempo lo ponga todo en su sitio.

...

Me abrazo.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Adiós, Lucky

Esta tarde se quedó dormido en el hueco de mi mano, con la cabecita bajo el ala. Le dejé un rato en su jaula y cuando regresé se había dormido para siempre.

Le voy a echar mucho de menos.

viernes, 15 de julio de 2011

La creatividad expresada a través de objetos cotidianos, o lo que hace el aburrimiento en las horas libres

Es preocupante decir esto, pero con los tiempos que corren tengo la suerte de que me suene el despertador todos los días para ir al trabajo. Mi primera reacción es refunfuñar, aunque procuro atajarla pronto y  allá que me voy con los ojos llenos de sueño. 

Acostumbrada al horario de tarde, lo de las mañanas se me hace un poco cuesta arriba sobre todo por los madrugones. A pesar de ellos me sigo acostando a la misma hora (o casi). Qué le vamos a hacer... como suelo decir, soy un bicho nocturno y la noche es mi parte favorita de la jornada. Así que pago el precio (45 cts. de café asqueroso de máquina) y me aguanto.

He estado descargando algunas fotos del móvil al pc, y entre ellas había una de la última trastada de un compañero. 

La excusa: 
- Es que así no se dan cuenta de que te has ido. 

Se salvó porque me dio la risa, pero viendo a mi "doble" me parece que no salgo muy bien parada (¡yo solo pongo esa cara cuando leo lo de "atasco en bandeja 1"!). 





Esta obra de arte me hizo recordar otra en la que humildemente contribuí. Fue una creación efímera pero no por ello menos inspirada; necesitaban la cinta adhesiva (vulgo Fixo). 



Se nota que trabajo con almas dotadas de una gran sensibilidad artística (dudo si estética) y que gozan de un gran equilibrio (dudo si mental). Me estoy planteando llevarme una cámara de vídeo. Hay momentos estelares. Siempre podría  pixelar las caras...




Y llegados a este punto eché mano de mi disco duro externo para rescatar una última foto. Hay cosas que han de perecer con el tiempo, o al menos con el tiempo justo de que no te pillen los jefes. Ésta fue la primera de muchas. 



Me trae buenos recuerdos de gente que siguió su camino y ahora anda adiestrando pequeños monstruos musicales por otras tierras. Me acuerdo de las risas que nos echamos con el dichoso Salpodocus, y de lo poquito que faltó para que terminase ardiendo en medio del patio. 

Definitivamente fueron tiempos mejores. Ahora hay menos risas por los pasillos, aunque siempre hay algo que me alegra el día. O mejor dicho: alguien. Espero hacer lo mismo por ellos. No entra dentro de mi nómina, pero... 

jueves, 7 de julio de 2011

Concierto de W. A. Mozart para Flauta y Arpa. Primer movimiento.




El primer movimiento del Concierto de W. A. Mozart 
para Flauta y Arpa (Pifos-Domené), 
dirigido por Brian Weber con la Orquesta de Cartagena.


 (Pifos es el profe de mi profe) ^^


domingo, 12 de junio de 2011

Violeta y la fábrica de agujetas

Después de una temporadita de inactividad física he vuelto a la tortura voluntaria. De martes a viernes he subido puertos de montaña a ritmo de chunda chunda, me he liado a puñetazos y patadas con un pobre saco rojo (prometo que no he puesto la cara de nadie), he levantado pesas cual halterofílica posesa... y todo eso de forma patética y lamentable, por supuesto. 

Tiene su mérito, y no me lo voy a quitar. Cuando vas a un gimnasio y ves todos esos cuerpos torneados y llenos de músculos funcionando cual máquinas bien engrasadas piensas: ¿y qué narices pinto yo aquí? Así que me dije: Viole... tómatelo con sentido del humor. Con trabajo y constancia se consigue todo, pero mientras... ríete todo lo que puedas o vas lista.

Así que en ésas estamos.  Me duelen hasta las pestañas, pero fíjate que aparte de los retos que comentaba en el post anterior, necesitaba algo... físico. Una forma tangible de notar que estoy luchando por mejorar, aunque sea  con algo tan ridículo como levantar el culo del sillín una vez más que ayer. 

No sé... a otros les da por jugar a la play para descargar adrenalina. Sé que mi cuerpo me mataría ahora mismo si no fuese porque eso conllevaría su propia aniquilación, pero ya me lo agradecerá, ya... (si sobrevivo) 

Frase de la semana: ¡¡No hay dolor!!

domingo, 5 de junio de 2011

Soltando lastre

Estoy intentando dejar atrás algunas cosas que forman parte de mi equipaje. Vuelvo la vista y veo el surco que ha ido dejando la bolsa que arrastro por el mundo desde que abrí los ojos por primera vez y me doy cuenta de lo que pesa realmente, y también me doy cuenta del cansancio que me atenaza al pararme de repente y reparar en ella.

No es normal. No tiene por qué ser normal cargar con algo así, y me pregunto por qué no dejé mis "piedras" en los lugares donde debieron quedarse. En aquella esquina donde no supe pedir perdón, en aquel rincón donde dejé evaporarse un agradecimiento, en tantos y tantos lugares donde cambié las soluciones por quejas y arrepentimientos que rumié a solas y luego empaqueté y guardé bien al fondo, debajo de todas esas cosas bonitas que suelo poner encima por si alguna mirada indiscreta se asoma a mi bolsa de la vida.

Probablemente no pueda librarme de todo. Son muchos años y es difícil "desaprender", pero sí puedo evitar hacer mi carga más pesada. Si aprendo a hablar en vez de esperar a que el resto de la Humanidad tenga la facultad de adivinar qué pienso o qué quiero; si aprendo a pedir sin sentirme culpable; si por fin me convenzo de que la desconfianza puede ser un castigo para quien menos se lo merece...

Nadie es perfecto, pero no por eso hay que abandonar el camino.

Esta mañana, en un descuido, me descubrí sonriendo.

lunes, 30 de mayo de 2011

Sobre el príncipe que se inventaron para matar al dragón




"Siempre es más de lo mismo... solo que hoy en día, en este mundobola, nadie piensa en acertarle en los voluverables a un dragón si no es en la psp o en la wii." 
(Num dixit)






jueves, 5 de mayo de 2011

Mi nuevo inquilino

El martes mi padre se encontró a este pequeñajo en la calle dándose topetazos contra una ventana y casi sin fuerzas ya. Cuando lo metió en la jaula se dio cuenta de que tenía algun problema en una patita porque no la apoyaba. A mediodía fui a verlo (y de paso a que me invitasen a comer) y al mirarlo detenidamente nos dimos cuenta de que la anilla que llevaba le estaba haciendo daño.

Ayer por la mañana le llevé al veterinario. Resulta que la anilla se le había incrustado en la pata y, según pudo ver, ya le había causado un principio de necrosis. A saber el tiempo que estaría así el pobre animal. Decidió cortar la anilla, no sin advertirme primero que podría cortar la pata también por accidente. De todas formas, si la necrosis no se ataja, se la tendrán que amputar.  Lo menos malo es que la conserve, pero le quedará inútil.

Mientras lo curaban estuvimos despotricando un rato acerca del salvaje que le puso la anilla -probablemente se la colocó cuando era un polluelo y no la cambió cuando creció-. Luego le puso desinfectante, le vendó la patita y le colocó una tira de esparadrapo. Mañana por la mañana iré a que le quiten la "escayola" y a ver si hay suerte y mi fierecilla vuelve entera a casa.

Ahora está en una jaulita provisional que teníamos por ahí de otro canario. Es pequeña, pero le viene bien porque así no se mueve mucho. Mañana, si todo va bien, le compraré una en condiciones.



Deseadle suerte :)

lunes, 2 de mayo de 2011

Cansancio y caprichos absurdos

Hoy me quedé sin paciencia. La que siempre da de sí, la que siempre espera encontrar una vía para encauzar el torrente y hacerlo manso, se desbordó y decidió secarse antes de arrasarlo todo.

Yo solo quería descansar un ratito antes de que me venciera el sueño, pero no encontré brazos que me acunasen sin antes lidiar con ellos. Y no tengo fuerzas hoy.

Ha sido una tarde agotadora llena de carretera y horas muertas esperando a merced del frío y el viento, de notas esquivas bailando ante mis ojos, de oídos atentos y dedos torpes. De anacronismos sin sentido, de palabras impulsadas garganta arriba por el alcohol y de risas por compromiso.

Sé que podría habértelo dicho y te habrías amoldado a mí como siempre haces cada vez que te lo pido. Pero esta vez no quería pedírtelo, quizá porque esperaba que lo adivinases por ti mismo. Es ese tipo de caprichos que tengo cuando estoy realmente cansada, cuando necesito un adivino, y un psicólogo, y un amigo, y un confesor todo en uno. Y la lucecita de emergencia de la razón se enciende y me avisa de que sobrepasé los niveles de exigencia. Pero como no estoy dispuesta a hacerle caso... mejor me refugio en mis propios brazos y espero a que el sueño me libere al menos durante unas horas.

Mañana será otro día y yo volveré a ser la misma. Y tú... bueno, tú nunca dejes de ser tú por mucho que yo me empeñe. Nunca te (me) lo perdonaría.

Postdata: la próxima vez que me llamen para tocar en Moros y Cristianos átame a algun sitio y ponme una mordaza. O en su defecto, convence a los de la banda para que vayamos con uniforme de invierno.

jueves, 21 de abril de 2011

Introspección

He llegado aquí sin saber muy bien dónde iría a parar. Siguiendo tus huellas en la nieve, me encuentro en un páramo donde los escasos árboles me observan desde sus ramas sin hojas.

Me extraña la quietud de este lugar. No hay viento. Una niebla tenue flota perezosa pero persistente, cubriendo el horizonte con un velo que une el cielo con la tierra y lo convierte en un inmenso lienzo hasta donde me abarca la vista.

Oigo campanas tañer a lo lejos, pero algo me dice que podría caminar por aquí hasta el fin de mis días sin tropezarme con nadie.

No sé muy bien qué hacer. Permanezco de pie enmedio de toda esta inmensidad blanca, y caigo en la cuenta de que no siento frío cuando debería estar al borde de la congelación.

Pero no... no tengo frío.

Extiendo mis manos ante mis ojos. Desprenden un calor tenue, casi visible, como el resto de mi cuerpo.

Decido avanzar hasta uno de los árboles. Acaricio su tronco y me responde con una ligera vibración. Me acepta. Me siento a su pie y apoyo mi espalda en él.

Pienso en un refugio. Un inmenso territorio, yermo y desamparado. No debería ser así. No hay paredes, ni escondite alguno. Sin embargo lo pienso así. Lo hago ser.

¿Cómo sabías que me andaba buscando?

Gracias, Scaramouche

viernes, 8 de abril de 2011

martes, 29 de marzo de 2011

¡Otro regalo!

Qué gusto da encontrarse cositas así en los lugares más insospechados. Scaramouche me dejó esto en un comentario de la entrada anterior. Me ha gustado tanto que no puedo dejar de compartirlo en primera plana, así que... ahí va. Espero que lo disfrutéis tanto como yo.


Muchas gracias, y... déjame lo que quieras donde quieras ;)

viernes, 25 de marzo de 2011

Regalo

A veces las joyas no tienen nada que ver con el metal ni las piedras preciosas.

¿Qué nacerá de esta semilla?


Gracias, E.B.E.

lunes, 21 de marzo de 2011

Supresión de cinco plazas en la Banda Sinfónica Municipal de Alicante

Como siempre, a la Cultura le toca ser la hermana pobre. En la Banda Sinfónica Municipal de Alicante han amortizado -es decir suprimido- cuatro plazas de clarinete y una de percusión con la consiguiente merma en la calidad de las interpretaciones y la sobrecarga de trabajo para los demás profesionales.

Es un ejemplo claro de lo que están sufriendo las agrupaciones musicales, escuelas de música, conservatorios, etc. en la Comunidad Valenciana, y sobre todo en la provincia de Alicante. Al parecer el dinero destinado al mantenimiento de estas entidades se topa con un embudo, y la parte ancha le tocó a Valencia (Palau de la Mùsica, Palau de les Arts “Reina Sofía”…). Aquí se subsiste como se puede, pero visto lo visto, el futuro de nuestros jóvenes músicos se ve bastante oscuro.

Los profesores de la Banda Sinfónica Municipal de Alicante han escrito un manifiesto para protestar por la supresión de las cinco plazas en su plantilla. Es una verdadera lástima que una banda con 100 años de tradición musical pueda terminar desapareciendo. Así que quiero aportar mi granito de arena apoyándoles con mi firma y difundiendo su mensaje en la medida que me sea posible.

Aquí os dejo el link, por si queréis colaborar.

http://www.amigosdelabandamunicipal.org/


domingo, 20 de marzo de 2011

Algun día

Algun día me levantaré de la cama antes de que suene el “Highway to Hell” y decidiré cambiar de canción.

Algun día desterraré al silencio y no le dejaré volver hasta que le necesite.

Algun día saldré a la calle porque sí, y no tendré prisa por regresar a casa.

Algun día tendré un motivo válido para regresar corriendo a casa sin perder un solo minuto.

Algun día la música será mi intérprete.

Algun día dejaré de abrazar el aire.

Algun día mi cabeza claudicará y me dejará ser inconsciente.

Algun día me rendiré ante la evidencia de que realmente no sé qué quiero.

Algun día seré lo suficientemente valiente para responderme.

Algun día tendré que pellizcarme para comprobar que realmente estoy despierta.

Algun día te cogeré de la mano.

¿Por qué no?

Quizá algun día…

sábado, 12 de marzo de 2011

Cuando la Tierra se agita...


… el Hombre se da cuenta de cuál es su verdadero tamaño.

El panorama desde ayer en Japón es desolador. Como decía una comentarista en un programa de televisión, si las imágenes que nos estaban ofreciendo en esos momentos fuesen extraídas de una película sobre catástrofes pensaríamos que se les ha ido la mano con los efectos especiales.

Ahora el terreno está abonado para los fanáticos de los mensajes apocalípticos. Que si la ira de Dios ha caído sobre nosotros por malos y tal… Luego están los de la Madre Tierra, que dicen que ella nos está castigando por no reciclar… Y luego están los menos imaginativos, que le echan la culpa a Zapatero.

También he oído decir que este desastre era una lección de humildad para los seres humanos, que vamos tan chulitos pensando que hemos adaptado el entorno a nosotros en vez de hacer lo contrario como las demás especies. Una lección de 1000 muertos (y esperemos que pare ahí), de paralización de un país y de amenaza nuclear. No está mal, ¿eh? Así aprenderemos a bajar los humos.

Varios países han empezado a movilizarse para enviar ayuda humanitaria a los japoneses. Sin embargo, y a pesar de las muestras de buena voluntad por parte de todo el mundo, me da en la nariz que alguien terminará sacando tajada. Al menos los buitres de verdad no saben cómo sembrar cadáveres.


jueves, 3 de marzo de 2011

Esto no se ve todos los días

Después de unos días primaverales el granizo ha hecho acto de presencia. Éstas son las insólitas vistas que he podido disfrutar esta noche desde mi ventana.






... y sigue...

jueves, 24 de febrero de 2011

sábado, 12 de febrero de 2011

Vale, me rindo

Ahora lo veo todo claro: estabais todos compinchados para conseguirlo. Y seguro que el que me negase siempre y jurase y perjurase que no lo haría espoleó la cabezonería colectiva.

Yo pensaba que podría con vosotros, pero han sido muchos meses de ataques directos e indirectos diciéndome eso de “pues no sabes lo que te pierdes…” o “así no te vas a enterar de nada…” o “si es que por el otro sitio ya no paso…” Eso sin contar los mensajes subliminales (faaaaa...) de mi amiga Num, que fue la que al final derribó mi último muro de defensa para colocar otro de muy distinta índole.

En fin… recordadme que nunca vuelva a decir “nunca”, pero que conste que yo no quería.

Ale, nos vemos en Facebook. Estaréis contentos, ¿no?

lunes, 7 de febrero de 2011

Apariciones

No, si lo que no me pase a mí…

Ayer “quejándome” de la gente que desaparece, y esta tarde me llama un viejo amigo del que hacía ¡¡AÑOS!! que no tenía noticias.

Si es que no puede una abrir la boca. Ahora: que yo encantada, oiga.

¿No es para pensar que los hados se lo pasan en grande con nosotros, humildes mortales?

domingo, 6 de febrero de 2011

Desapariciones

No sé si a todo el mundo le pasará, pero a mí me sucede algo muy extraño con alguna gente que conozco en la Red. De hablar prácticamente todos los días con alguien hasta casi convertirse en rutina (en el buen sentido de la palabra), paso al vacío más absoluto. Desaparecen de la noche a la mañana.

Ya sé que cada cual tiene sus cosas, y que a veces se tiene tiempo y a veces no. Las circunstancias cambian, la vida nos lleva y nos trae y no siempre hay un hueco para andar trasteando con el cacharro este. Pero yo me pregunto una cosa: ¿realmente se puede borrar todo lo escrito de un plumazo? ¿Así sin más? A lo mejor es que yo soy un poco lerda y me creo todo lo que me dicen, y pienso que realmente me echan de menos si un día no aparezco o que se preocupan por mí tanto como yo por ellos.

El verse cara a cara tampoco cambia mucho la cosa. Estos dos párrafos los he escrito pensando en alguien que me tropecé hace años en un chat entre paranoias, insultos y jajajás. Vamos, lo típico. De repente dices algo que capta la atención de alguien, o simplemente tu nick –como fue mi caso- resulta prometedor para quien pasa de andar diciendo sandeces sin ton ni son. Y ahí es cuando la lías, porque esa persona te da la posibilidad de hablar de cosas de las que no puedes hablar en tu entorno simplemente porque las personas que habitualmente te rodean terminarían bostezando o llamarían al psiquiatra. Y eso, amigo mío, engancha.

Es complicado explicarlo, y también es difícil de entender para quien no sabe de qué va el rollo. La cosa se complica cuando por fin conoces a esa persona y para tu sorpresa, y digo sorpresa porque a mis espaldas llevo algun que otro disgusto, es realmente lo que esperabas, si no más.

El caso es que ya me he acostumbrado, y me da rabia porque la mayoría es gente que merece la pena. Gente que me ha ayudado a reír y a llorar cuando ha hecho falta de la forma menos vergonzante posible (bendito escudo el del monitor). Y me pone triste el perderlas, y siempre tiendo yo a echarme la culpa aunque sé que no es así en la mayoría de las ocasiones.

La otra noche apareció al cabo de seis meses (aprox.), y fue como si hubiésemos hablado el día anterior. Como si retomásemos la conversación donde la dejamos, y apuesto a que ninguno de los dos se acordaba de cuáles fueron los últimos temas que tratamos. Pero fue así, y me gustaría que dentro de seis meses volviera a ser igual.

En fin… es lo que hay. Y no siempre pasa. Los habituales siguen ahí, y espero que por muchos años.

Yo también estaré, aunque pasen seis meses más.


"No hay otros mundos, pero sí hay otros ojos (...)

(...) Ojos azules en los que naufragar..."

lunes, 24 de enero de 2011

Dickens


Hum... No sabía yo que Ankh-Morpork existiese en Mundobola.
Fascinante descubrimiento. Debería leer más a los clásicos.

"Trabajos reimpresos". Charles Dickens.


viernes, 21 de enero de 2011

Comienzo apoteósico

Esta noche Alicia se quedó enjugando sus lágrimas al oír unos pasos menudos aproximándose, con la esperanza de que fuese su amigo el Ratón el que volvía a terminar su historia.

La historia de este nuevo año no tiene nada que ver con ratones ni con el País de las Maravillas, sino con un coche roto y los bolsillos temblando. Lo único positivo, el haber comprobado mi pericia al volante cuando dependo de una precaria inercia para salir de una rotonda y el temple de mis nervios al conseguir no blasfemar tirada en una cuneta. Me temo que el aparato de aire acondicionado tendrá que esperar un año más (o dos). Mientras, a tirar de manta y de calefactor. O si no, a dormir en mi nuevo coche viejo, que tiene climatizador.

Por lo demás, vuelta a la rutina con los polvorones y el turrón adosados a mis costados. Vida sana, mucha lechuga y agujetas. Sueño acumulado, falta de tiempo, muchas cosas que hacer y pocas ganas, y un trimestre laaaaaaaaaaaaaargo y sin fiestas a la vista.

- Tienes suerte de que exista yo – dice Oggie.

- Ya salió el pan de todas las salsas – replica Ballesta.

Ya empezamos… ¬¬

(Lo que suena en el vídeo es lo que me despierta todas las mañanas)

martes, 4 de enero de 2011

¡Feliz año 2011! (Más vale tarde que nunca)


Está bien este fuego cruzado de buenos deseos. Espero que hayáis entrado con el pie derecho y salgáis también con él.

Yo he recibido de manos de mi hermano y mi cuñada una revelación que cambiará mi vida. A diferencia de Papá Noël o de los tres Reyes Magos ellos nunca me traen lo que pido sino lo que nunca me habría imaginado llegar a pedir, y encima siempre aciertan porque estoy encantadísima, obnubilada, casi en éxtasis cuando lo cojo entre mis manos. He aquí algo que cambiará mi vida: ¡¡EL OTAMATONE!!

Foto cutre de mi Otamatone hecha con la web cam

¿Que qué es esto? Pues ni más ni menos que una revolución en el mundo de los instrumentos musicales. ¿Qué hacía yo tantos años tocando la flauta travesera? ¿Para qué dejarme los pulmones soplando y soplando? ¡Amigos míos, el Otamatone es el futuro de todos los que aspiran a convertirse en virtuosos de la Música! El vehículo perfecto para sacar a relucir nuestro arte en cualquier evento social, familiar o lúdico-festivo.

Os dejo un vídeo explicativo para que veáis las excelencias del invento.

Ahora en serio: como instrumento de tortura no tiene precio XD