lunes, 30 de mayo de 2011

Sobre el príncipe que se inventaron para matar al dragón




"Siempre es más de lo mismo... solo que hoy en día, en este mundobola, nadie piensa en acertarle en los voluverables a un dragón si no es en la psp o en la wii." 
(Num dixit)






jueves, 5 de mayo de 2011

Mi nuevo inquilino

El martes mi padre se encontró a este pequeñajo en la calle dándose topetazos contra una ventana y casi sin fuerzas ya. Cuando lo metió en la jaula se dio cuenta de que tenía algun problema en una patita porque no la apoyaba. A mediodía fui a verlo (y de paso a que me invitasen a comer) y al mirarlo detenidamente nos dimos cuenta de que la anilla que llevaba le estaba haciendo daño.

Ayer por la mañana le llevé al veterinario. Resulta que la anilla se le había incrustado en la pata y, según pudo ver, ya le había causado un principio de necrosis. A saber el tiempo que estaría así el pobre animal. Decidió cortar la anilla, no sin advertirme primero que podría cortar la pata también por accidente. De todas formas, si la necrosis no se ataja, se la tendrán que amputar.  Lo menos malo es que la conserve, pero le quedará inútil.

Mientras lo curaban estuvimos despotricando un rato acerca del salvaje que le puso la anilla -probablemente se la colocó cuando era un polluelo y no la cambió cuando creció-. Luego le puso desinfectante, le vendó la patita y le colocó una tira de esparadrapo. Mañana por la mañana iré a que le quiten la "escayola" y a ver si hay suerte y mi fierecilla vuelve entera a casa.

Ahora está en una jaulita provisional que teníamos por ahí de otro canario. Es pequeña, pero le viene bien porque así no se mueve mucho. Mañana, si todo va bien, le compraré una en condiciones.



Deseadle suerte :)

lunes, 2 de mayo de 2011

Cansancio y caprichos absurdos

Hoy me quedé sin paciencia. La que siempre da de sí, la que siempre espera encontrar una vía para encauzar el torrente y hacerlo manso, se desbordó y decidió secarse antes de arrasarlo todo.

Yo solo quería descansar un ratito antes de que me venciera el sueño, pero no encontré brazos que me acunasen sin antes lidiar con ellos. Y no tengo fuerzas hoy.

Ha sido una tarde agotadora llena de carretera y horas muertas esperando a merced del frío y el viento, de notas esquivas bailando ante mis ojos, de oídos atentos y dedos torpes. De anacronismos sin sentido, de palabras impulsadas garganta arriba por el alcohol y de risas por compromiso.

Sé que podría habértelo dicho y te habrías amoldado a mí como siempre haces cada vez que te lo pido. Pero esta vez no quería pedírtelo, quizá porque esperaba que lo adivinases por ti mismo. Es ese tipo de caprichos que tengo cuando estoy realmente cansada, cuando necesito un adivino, y un psicólogo, y un amigo, y un confesor todo en uno. Y la lucecita de emergencia de la razón se enciende y me avisa de que sobrepasé los niveles de exigencia. Pero como no estoy dispuesta a hacerle caso... mejor me refugio en mis propios brazos y espero a que el sueño me libere al menos durante unas horas.

Mañana será otro día y yo volveré a ser la misma. Y tú... bueno, tú nunca dejes de ser tú por mucho que yo me empeñe. Nunca te (me) lo perdonaría.

Postdata: la próxima vez que me llamen para tocar en Moros y Cristianos átame a algun sitio y ponme una mordaza. O en su defecto, convence a los de la banda para que vayamos con uniforme de invierno.