viernes, 15 de julio de 2011

La creatividad expresada a través de objetos cotidianos, o lo que hace el aburrimiento en las horas libres

Es preocupante decir esto, pero con los tiempos que corren tengo la suerte de que me suene el despertador todos los días para ir al trabajo. Mi primera reacción es refunfuñar, aunque procuro atajarla pronto y  allá que me voy con los ojos llenos de sueño. 

Acostumbrada al horario de tarde, lo de las mañanas se me hace un poco cuesta arriba sobre todo por los madrugones. A pesar de ellos me sigo acostando a la misma hora (o casi). Qué le vamos a hacer... como suelo decir, soy un bicho nocturno y la noche es mi parte favorita de la jornada. Así que pago el precio (45 cts. de café asqueroso de máquina) y me aguanto.

He estado descargando algunas fotos del móvil al pc, y entre ellas había una de la última trastada de un compañero. 

La excusa: 
- Es que así no se dan cuenta de que te has ido. 

Se salvó porque me dio la risa, pero viendo a mi "doble" me parece que no salgo muy bien parada (¡yo solo pongo esa cara cuando leo lo de "atasco en bandeja 1"!). 





Esta obra de arte me hizo recordar otra en la que humildemente contribuí. Fue una creación efímera pero no por ello menos inspirada; necesitaban la cinta adhesiva (vulgo Fixo). 



Se nota que trabajo con almas dotadas de una gran sensibilidad artística (dudo si estética) y que gozan de un gran equilibrio (dudo si mental). Me estoy planteando llevarme una cámara de vídeo. Hay momentos estelares. Siempre podría  pixelar las caras...




Y llegados a este punto eché mano de mi disco duro externo para rescatar una última foto. Hay cosas que han de perecer con el tiempo, o al menos con el tiempo justo de que no te pillen los jefes. Ésta fue la primera de muchas. 



Me trae buenos recuerdos de gente que siguió su camino y ahora anda adiestrando pequeños monstruos musicales por otras tierras. Me acuerdo de las risas que nos echamos con el dichoso Salpodocus, y de lo poquito que faltó para que terminase ardiendo en medio del patio. 

Definitivamente fueron tiempos mejores. Ahora hay menos risas por los pasillos, aunque siempre hay algo que me alegra el día. O mejor dicho: alguien. Espero hacer lo mismo por ellos. No entra dentro de mi nómina, pero... 

2 comentarios:

  1. No, no, tu doble realmente tiene cara del café de máquina que te tomas y que, además, te cuesta tus dineros. ¿Sabes? me encanta que puedas dar luz a esas cosas que se hacen entre bambalinas durante el curro (yo no puedo, alguien me embriscaría a la guardia civil). Y que sepas apreciarlas, disfrutarlas y guardarlas por lo que valen.
    Ay el Salpodocus... Lo creía extinguido...
    Besazo.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta la obra "papeles sobre lápices", por ponerle un nombre. A un tamaño de 3 metros estaría genial en el hall de cualquier centro cultural.
    Eso si... toda esta creatividad denota el aburrimiento reinante en tu curro.
    A mi me pasa lo mismo. Parece que estás con todos apartado en un cuartillo.

    ResponderEliminar