miércoles, 31 de agosto de 2011

Un motivo

Para sonreír, para seguir adelante, para volver a levantarme. Siempre me das un motivo que no puedo rebatir. Y encima vas y me regalas esto… 

¿Sabes qué? Algun día te las pienso devolver todas juntas… y vas a flipar. ¡Que lo sepas!

Gracias de nuevo, E.



Tal vez, lo que te hace grande ..
no entienda de cómo y por qué.
Tal vez, lo insignificante ..
se ha visto en un barco de nuez.

Tal vez, lo que te hace grande ..
no sea difícil de ver.
Tal vez, cada guiño esconda ..
la llave que intentas tener.

Ya ves, se nos queda grande ..
y hay riesgo de alarma otra vez.
Tal vez, cuando todo amaine ..
la suerte nos vuelva a vencer.

Y en el vaivén de planes sin marcar ..
cae sobre ti la bomba universal;
no hay colisión, ni ley, ni gravedad
que te pueda hacer caer .. aunque tiren a dar.

Tal vez, las paredes ladren ..
y el techo empiece a correr,
dirán que cayó el gigante
y un charco se ha abierto a tus pies.

Tal vez, lo que te hace grande ..
no entienda de cómo y por qué.
Tal vez, lo que me hace grande ..
es tenerte delante otra vez.

Y en el vaivén de planes sin marcar ..
cae sobre ti la bomba universal;
pero no hay colisión, ni ley, ni gravedad
que te pueda hacer caer .. aunque tiren a dar.

Suena un tambor, retumba en el umbral ..
viene hacia aquí, me atrae como un imán.

No sé lo qué te hace grande,
no entiendo de cómo y por qué.

Suena un tambor, retumba en el umbral ..
viene hacia aquí, me atrae como un imán.
Pero no hay ecuación ni formula genial
que te ayude a comprender .. lo que asoma detrás.

domingo, 21 de agosto de 2011

Bambalinas


Me hago un ovillo y me acurruco en el rincón más apartado y oscuro que puedo encontrar. No tengo problemas en hallar uno, mi interior está lleno de ellos. Me aíslo de todo y procuro dormir aunque el sueño apenas llegue a rozarme los párpados.

Ballesta, con su habitual delicadeza, ha conseguido tirar la puerta abajo y se entretiene en darme patadas en los riñones a ver si reacciono. Como no me defiendo opta por el diálogo. O más bien por el monólogo, pero le da igual.  Me tapo los oídos y veo cómo se contiene al ver mis flancos al descubierto. Sabe que me gustaría seguir recibiendo palos hasta la inconsciencia. También sabe que no puedo evitar oírla aunque me reviente los tímpanos.


 Mi querida Violeta –me dice-: tú sabes que lo mío no es entender a los seres humanos y eso en parte es culpa tuya, porque a pesar de ser uno de ellos tú tampoco los entiendes muchas veces.


“Sé que te cuesta mucho asimilar que alguien pueda construir su vida solo de puertas para afuera, como si fuese un decorado donde todo es perfecto…hasta que te das cuenta de que al dar un portazo se mueve toda la pared. A la gente se le da muy bien eso de hacerse la loca, tanto si representan un papel en la obra como si son meros espectadores. Los actores saludan y sonríen; el público aplaude y ovaciona. Y a ti, trastorná de la vida, te ha tocado hacer de tramoyista. Y desde tu lugar entre bambalinas sabes que todo es una gran mentira, pero si quieres conservar tu puesto debes saludar, y sonreír, y aplaudir y ovacionar cuando corresponda. Aunque todo eso te defraude y te haga perder el respeto a quien pretende engañarse a sí mismo y a todos los que le rodean con tal de que la representación se mantenga en cartel.


Me doy la vuelta para hacerle saber que no quiero seguir escuchando. No sé si debo sentirme culpable o víctima. Lo único que sé es que quiero fundirme con las sombras de la pared y dormir. Ballesta arremete de nuevo.


- Has jugado mal y aún no sabemos a cuánto ascienden las pérdidas. De momento no hay más que verte, angustiada y preguntándote si habrá quedado títere con cabeza.  Y lo que es peor, cargando con tu culpa y con la de los demás. Como si no hubieses estado años procurando que nadie saliese mal parado a pesar de que eras tú la que menos tenía que perder y la que siempre perdías. Protegiendo la farsa y viendo día a día lo diferentes que podrían haber sido las cosas si el que realmente ha tenido la culpa de todo esto hubiese tenido dos cojones para ser fiel a sí mismo.


“Al menos tú me tienes a mí (te tienes a ti), y si hay algo que en este momento me gusta de ese montón de escombros en el que te has convertido es que lo que más te duele de todo es tu propio orgullo. Porque si te duele es señal de que al menos no ha desaparecido y poco a poco hará que te fijes en detalles como éste: quien ayer te suplicaba que no le abandonases, hoy no se ha preocupado por saber si estás viva o muerta.


“Sinceramente, Violeta. Espero de todo corazón que el espectáculo continúe. Se lo merecen. De momento tú quédate conmigo. Deja que el tiempo lo ponga todo en su sitio.

...

Me abrazo.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Adiós, Lucky

Esta tarde se quedó dormido en el hueco de mi mano, con la cabecita bajo el ala. Le dejé un rato en su jaula y cuando regresé se había dormido para siempre.

Le voy a echar mucho de menos.