sábado, 31 de julio de 2010

Cuidado: voy armada y soy peligrosa

Anoche adquirí un arma terrorífica: la única capaz de bloquear un ataque de ira en un instante, dejando confusa la mente del agresor con solo un ligero golpe en la cabeza.

Bueno, puede utilizarse en cualquier parte del cuerpo, pero en la cabeza (en plena coronilla) tiene más efectividad, sobre todo si lanzas una ráfaga de golpes rápidos.

En la mayoría de los casos el atacante opta por alejarse presa de una fuerte sensación de ridículo. Si no es así, más te vale correr.

He aquí una imagen del artefacto:


Ahora en “serio”, es que anoche había un puestecillo de esos de las ferias y… en fin… no me pude resistir.

Pit-pit… ^^


viernes, 23 de julio de 2010

Deseando que lleguen las 00:00h

Como le decía a un compañero hoy, esta semana ha tenido cinco lunes. Mi buen humor ha brillado por su ausencia. Los días se han hecho eternos, tanto que hasta me he acostado temprano para que se acabasen lo antes posible y pasar al siguiente a ver si mejoraba la cosa.

Cualquier comentario me irritaba, cualquier hecho que se me antojase fuera de lugar me sacaba de quicio. He terminado hiperventilándome de tanto respirar hondo para no saltar a la mínima, porque obviamente el problema lo tenía yo y no quería descargarlo contra nadie. Aún así, lamento no haberlo conseguido todas las veces.

Hoy he tenido una mañana de perros, no me han dejado parar. Al salir a una bocacalle con el coche de pocas me doy con otro que venía. Cuando lo he vuelto a coger para volver a casa se me ha cruzado una niña corriendo y casi la atropello. Luego otro coche se ha saltado un “ceda el paso” y si no ando lista también me lo trago.

Al llegar al parking me encuentro la puerta abierta y el presi de mi comunidad me ha dicho que han cortado la luz del aparcamiento por no sé qué pago traspapelado. Como el motor que impulsa el agua a los pisos está allí, tampoco funciona. Adiós ducha. Espero que mañana esté solucionado, o me veo en casa de mis padres esponja en mano y con el petate de la colada.

Lo que no sé es por qué precisamente ahora estoy de buen humor.

- No hay quien te entienda –dice Ballesta.

- Ya…

martes, 13 de julio de 2010

Por empezar de alguna manera

Hace unos meses mi vida dio un giro de ciento ochenta grados. Salí del nido de mis progenitores de forma estudiada, sin prisas y sin agobios, con todos los cabos atados y con la completa seguridad de que nada podría fallar. Un trabajo estable, aunque el sueldo no sea precisamente boyante, fue lo que me empujó a dar el salto.

Tardé dos años en dormir por primera vez en MI cama. “Ya era hora” – me decían algunos. Les doy la razón; muchos se fueron con menos, de forma valiente y afrontando retos que a mí me habrían provocado un vértigo insuperable.

Qué le vamos a hacer, no me gusta quedarme con el culo al aire. Es algo que me enseñaron desde bien pequeña. Así que, en cuanto tuve mi vida más o menos resuelta, me decidí a vivirla por mi cuenta.

Ahora tengo mi propio hogar. Un piso en una zona céntrica pero tranquila, con vecinos a los que conozco de toda la vida y con los que sé que no voy a tener problemas. Se podría decir que estamos en familia (sin mencionar a los morosos del ático, a los que aún no les he visto el pelo).

Descontando la desorientación de los primeros días no me ha costado adaptarme. Tampoco ha sido para tanto. La plancha no resulta tan terrible y me llevo relativamente bien con Doña Vitro, aunque mis costumbres alimentarias (cuyo principal ingrediente es la lechuga) tampoco requieren demasiada habilidad.

Se podría decir que he conseguido lo que hace unos años se me antojaba más bien poco probable. Mi guarida, un lugar enteramente mío donde puedo hacer y deshacer a mi antojo y entrar y salir sin rendir cuentas a nadie. Soy la dueña y señora del mando de la tele, y nadie se queja si ando trasteando en internet a horas intempestivas.

Sin embargo, hay algo con lo que no contaba.

Nunca había pasado tanto tiempo a solas conmigo misma. Y a eso sí que cuesta acostumbrarse.

jueves, 8 de julio de 2010

El regreso después del "CRACK"

Pues sí… aquí estoy yo otra vez, escribiendo cuando dije que nunca más. Se ve que esto de estar callada no es lo mío, aunque a la mayoría de la gente le importe más bien poco lo que pueda o no decir.

Esta vez soy YO –o todos mis “yos” a una- quien está dispuesta a volcar sus miserias en la red, a sabiendas de que no me va a leer ni el tato. Si acaso una “tata” que yo me sé, pero como está al corriente de mis devenires lo único que hará al asomarse a esta cosa será tener otra dosis de lo mismo (lo siento, mcnwp).

Quizá tú también te tropieces con esto. A lo mejor me conoces, o crees conocerme, o no tienes ni repajolera idea de cómo has llegado hasta aquí.

Bueno, da igual.

En cualquier caso, sé bienvenido (me niego a poner una @ o una /a).

Vamos allá…